Desde 2012 pero principalmente en el actual sexenio la Secretaría de la Defensa Nacional ha entregado miles de millones de pesos a un conglomerado de empresas pertenecientes a una misma familia por contratos que van desde la entrega de telas, colorantes y prendas para soldados, hasta la adquisición de vehículos militares, refacciones para tanques, e incluso municiones para lanza proyectiles.
Los beneficiados son un grupo de compañías que tienen a la cabeza a Patricia Manon Romero Rodríguez y sus hijos. En 12 años han obtenido ganancias por más de tres mil millones de pesos, siendo su contrato más alto uno por 433 millones de dólares obtenido en septiembre de 2020.
Pero reportaje publicado por Proceso documenta múltiples irregularidades en torno a estas empresas, desde competencias simuladas, hasta contratos por objetos sociales ajenos a las compañías, dotación de materiales y servicios de mala calidad como uniformes que se despintaban, incumplimiento de fechas pactadas, sobrecostos en las adjudicaciones, e incluso conexión con empresas de papel en paraísos fiscales revelados en los “Panama Papers”.
Incluso el año pasado la Sedena decidió entregarle a una empresa de la familia Romero un contrato para adquirir fusiles Barret calibre .50, luego de que en la licitación el comité de evaluación descalificara nada menos que al propio fabricante, Barret Firearms, para favorecer a la familia.
Implicados: un conglomerado de más de 20 compañías pertenecientes a la misma familia encabezada por Patricia Manon Romero Rodríguez; así como lo funcionarios de Sedena que pudieran resultar responsables de las irregularidades documentadas.
Monto: Las empresas acumulan más de 3 mil millones en contratos.
Impacto: Posibles sobrecostos y malos manejos del presupuesto de Sedena en beneficio de un grupo de particulares. Hay afectaciones para soldados que, por ejemplo, no han recibido uniformes adecuados.
Fuente: Reportaje publicado en la portada de Proceso y retomado por al menos cinco medios de comunicación hasta este lunes.