La semana pasada el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, cumplió un año en prisión preventiva y dos años y medio desde que fue extraditado a México por los casos Odebrecht y Agronitrogenados. Pero hasta ahora, pese a haber confesado sus delitos, no ha enfrentado un juicio ni tampoco ha logrado reparar el daño causado.
El 4 y 7 de noviembre se realizaron las audiencias en las que se definiría si lograba o no un acuerdo con las autoridades o si enfrentaba a juicio. Pero la falta de arreglos, las pruebas incompletas y la muerte de un testigo provocaron que se pospusieran nuevamente las decisiones y que continue la indefinición en el caso.
Desde 2019, Lozoya ha intentado evitar la cárcel denunciando supuestos actos de corrupción de otros exfuncionarios, pero hasta ahora, la evidencia que entregó ha sido insuficientes para que otros procesos avancen. La acusación de la FGR concluye que fue Lozoya el real beneficiario de los sobornos de las empresas Odebrecht y Altos Hornos.
La semana pasada también se reveló que la FGR ha insistido en mantener ocultos datos clave de las denuncias de Lozoya pese a la orden del INAI de que debe transparentarse toda la información.
Implicados: Emilio Lozoya, exdirector de Petróleos Mexicanos, diversos servidores y exservidores públicos de Pemex, y funcionarios de Odebrecht y Altos Hornos de México.
Monto: De 12 a 13 millones de dólares en sobornos a Lozoya y de dos mil a tres mil millones de pesos en daños para Pemex por contratos desventajosos.
Impacto: Afectaciones al patrimonio de Pemex que, a su vez, es la mayor empresa del Estado y representa un ingreso clave para la economía del país.
Difusión: Más de 50 medios y portales dieron difusión a lo largo de la semana a la situación de Lozoya.